“Dos marranitos de dos en dos, guardan la plata y dicen adiós”….
El pasado 16 de febrero el buen MT cumplía 25 añitos, JD, JP y yo
reposábamos por los lados de chapinero. Discutíamos entre nosotros la opción de
visitar al pequeño MT por motivo de su aniversario y a lo mejor, ¿por qué no?
fumar un pequeño kenkesillo para celebrar su aniversario. Una vez nos sacudimos
la pereza, emprendimos el viaje al son de buena música y té de durazno.
Estando ya por los lados de cedritos, nos paramos en una esquina
(ya con MT a bordo) y le dimos fuego al ritual, apenas estaba en su segunda
boca (JD y yo nos quedamos sin prueba) cuando dos pequeños marranitos aparecieron
sobre su caballito de gasolina con rechinido infernal. Acto seguido, JP actuó
ágil y se deshizo del pequeño tabaquillo entre la maleza del pasto.
¡Lo vi! Exclamo el más viejo de los marranito a quien de cariño
llamaré GHP (gran hijueputa), los dos marranitos dieron la orden a su caballito
que volteara, y se bajaron a proceder. –Una requisa muchachos! Dijo el joven
marrano a a quien de cariño llamaré joven marrano.
Ambos marranitos desde el inicio del proceso nos dieron a notar su
hambre, pero el kenke había nublado nuestros ojos, y fueron tapados con paños
de sinceridad, inocencia y justicia.
El joven marrano prosiguió a registrar el carro, como si nosotros 4,
un simple manojo de inocentes porreros, fuéramos los más grandes criminales,
mientras tanto el marrano GHP nos asustaba con llamar un camión, y un
fantástico cuento que no evito sacar una sonrisa de mi cara, el cual decía que
iba a pedir un laboratorio portátil, nos iban a echar un químico en la mano, el
cual mostraría si habíamos “sostenido” un calillito, de salir positivo nos iban a judicializar y meter presos,
menciono el Sr. Marrano.
¡AJA! Exclamo el joven marrano al hallar una pequeñita bolsita de
ganja plancton tipo cripi con un valor aproximado de 10mil pesos,
inmediatamente me reboté, lo sé no debí actuar así y entre la descoordinada,
los paños nublosos, la adrenalina y el ser yo hablé sin saber y dije -“Ahí no
hay ni 5gr, ¿De verdad va armar un revuelto por eso? A lo que e marrano GHP me
contestó, -¡Si, me encantan los problemas!
Entre sustos y verdades el viejo marrano decidió llamar “refuercitos
marranales” ya que nosotros, 4 jovenes, criados en casas de familia, con
estudios universitarios, sin antecedentes penales, ni registros de ser amenazas
para la “zoociedad” éramos peligrosos y debíamos ser procesados, JD y yo
reíamos un poco de la situación y decidimos gozarla, -porque todo en la vida
hay que gozárselo decía mi buen amigo.
Llegaron más marranitos, todos en una de esas camionetitas de platon,
el Sargento, quien siempre fue un tipo muy amable y correcto (Por eso de cariño
lo llamaré el granjero) el granjero, se molesto inmediatamente con sus marranos
al ver la situación, él muy bien sabía que mientras todo el grupo del CAI
contador estaba pendiente de 4 Gilbertos Estupiñan, podían estar robando,
saqueando o quien sabe que crimen verdadero cometiendo. –Llevenlos a la
estación, que firmen, decomísenle eso y chao. Dijo el granjero.
El marrano GHP decidió desquitarse un poco esposándonos cual
criminales y llevándonos al CAI, exponiéndonos en esa horrible camioneta frente
a las multitudes como en la época medieval. Humillación pública, exclamaba en
sus quejidos el pequeño MT, yo a consecuencia del carioca, solo disfrutaba la
situación, ya estaba esposado, en el platon de la camioneta, vestido de
abercrombie y peinadito de lado, lo mejor que podía hacer era saludar a la
gente con complejo de deportista olímpico o reina de belleza (algunos
contestaban el saludo y sonreían, sabían que éramos buenos tipos) una vez
llegamos al CAI o de cariño porqueriza, empezó la verdadera situación.
MT como lo mencioné antes cumplía años, y después de asustarlo
un poquito lo dejaron ir por este motivo, además iba a almorzar con sus padres
y hubiera sido doloroso tener que comer pollo en una porqueriza en su día, los
marranos y nosotros estuvimos de acuerdo en que se fuera.
El libro de anotaciones ya tenía escrito lo sucedido, el carro fue
victima de una segunda requisa al lado de la porqueriza, (JP llevo el carro
manejando y se perdió el paseo esposado (idiota)) previo a esta requisa, se
encontraron dos desmoñadores, rascadores o grinders, un paquete de cueros de
maíz marca smoke, y un viejo y ya tieso blunt de uva. Uno de los marranitos que
reposaba en la porqueriza al que llamaré marranito, le dijo al joven marrano
mientras sostenia uno de los grinders, -Huy, este está bien chimba, como
el de la granada que me regaló el otro día…
El joven marrano nos llevo a un cuarto trasero y nos pregunto ¿cómo
íbamos a arreglar? Ya previamente había visto un billete con la cara del Sr
Isaac y lo quería a como de lugar, JP explicó que ese dinero no pertenecía a él
pero le ofreció un Julio Garavito, ya que era molesto estar esperando y no nos
querían dejar ir, a pesar de la orden del granjero.
El joven marrano agarro al Sr Garavito y salió de la porqueriza, ante
está actitud el marranito pregunto por su parte del ponque, nosotros le hicimos
saber que el joven marrano ya llevaba un Julio Garavito, el marranito salió de
la porqueriza, habló con su compañero y este entró a la porqueriza como un toro
(toromarrano) -¿QUIÉN DICE QUE YO TENGO PLATA? El tipo hablaba intimidante,
gritaba y golpeaba la mesa, en verdad iba a ser difícil decirle: -Si, usted
agarro la plata-, el marrano GHP entro a la porqueriza unos segundos después,
y pidió que nos dejaran ir ya. Pero cual esquizofrénico, inmediatamente se puso
como un demonio y empezo a llenar formas de traslado para la Unidad Permanente
de Justicia o como se le conoce en el guetto UPJ.
¿Por qué nos va mandar a ese lugar tan horrible? Preguntaba el joven
JP indignado, yo también me cagué del susto, dije mierda, yo todo peinadito y
de abercrombie, allá me acaban… El joven marrano y el viejo marrano GHP
llenaron las formas y salieron de la porqueriza, dejandonos solos con el
marranito y sin respondernos palabra alguna…
Una vez solos con el marranito, rogábamos a este que nos dejará ir, y
opté por ofrecerle un combito de McDonalds, con hamburguesa, papitas y sundae. De
inmediato vi como sus ojitos de marranito se prendían ante mi descripción
detallada del menú, el marranito ya no podía escuchar más y me interrumpió
diciendo: -¿Cómo cuánto cuesta eso? –entre quincemil y veinte mil pesos
contesté… -Deme la plata y váyanse, dijo el marranito, quien hasta vueltas le
dio a mi buen amigo JP, quien no pudo conservar su recuerdo de Jorge Isaac.
Así fue como nos zafamos de estos marranos, quienes nos llevaron a su
porqueriza, nos quitaron 40.000 pesos, nos amenazaron y abusaron de su
autoridad, busco ponerlos en juicio, que la gente vea porque la palabra
“marrano” es sinónimo de policía y como algunos pocos se encargan de manchar a
algunos muchos o viceversa, por eso en este país la población juvenil no cree,
no confía y detesta a la policía, porque ellos mismos se encargan de darse esa
imagen.
Todo esto sucedió de verdad, en el CAI contador en cedritos, una tarde
de febrero de cuño año no quiero acordarme….
Al final de todo, regresamos por el resto del kenke y lo terminamos…
El buen amigo seguía oculto entre la maleza, esperando por nosotros….