martes, 31 de mayo de 2011

No es un acrónimo.

No es que te haya olvidado... Es que la interpretación de mis dedos, son tus palabras en mi oído.


Hoy pensé que podía volar.
Nada me podía parar, sencillamente sabía que podía volar.
Solamente había un motor que me impulsaba a saltar por los aires.
Un motor que estaba entonado en clave de sol.
Una melodiosa voz, que me invitaba a volar.

Pararme al filo es bastante arriesgado, inclusive para mi.
Pero el riesgo puede ser un alimento para mi corazón.
Ese corazón que aún sigue siendo tuyo, por menos que lo queramos.
Tu olvidaste regresarmelo, de adrede olvidaste la contraseña de la caja fuerte en la que estaba guardado.
Ambos sabemos que así está mejor.

Solamente si logró volar, de nuevo te podré tocar.
Volando puedo destruir las fronteras.
Y así podré llevarte a ese bello castillo de arena que construí para ti.
Donde los pepinos corren y nadan, donde las chandas no estorban.
Ese lugar que solo tu sabes como es, el lugar que fue creado en tus sueños e interpretado por mis palabras.

Solo espero no llegar demasiado tarde.
Espero poder llevarte a aquel lugar.
Ese lugar donde esta tu amado mar.
Que es tan bondadoso contigo, que te prometio...
Jamás ese castillo de arena tumbar.

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