domingo, 17 de abril de 2011

De como una serpiente se enamoro de un caballo...



Cuando las serpientes evolucionaron... Más rápido que muchos venenos.... Noten la diferencia entre una serpiente venenosa y otra que no lo es por las marcas que dejaron.


De niño pensaba que el amor era una partícula que emanaba de nosotros, sencillamente mirabas una chica y ella era el amor de tu vida, podías escoger a cualquiera, de la misma manera que podías escoger un pantalón o un plato en un restaurante. Pero estaba muy equivocado, al ser una serpiente las niñas me miraban con temor, es difícil de creer, pero la mayoría de ellas tienen una especie de repele a las serpientes, yo igual soy una buena serpiente, pero lamentablemente eso no lo sabían los demás, sencillamente caminaban alejados de mi con miedo a que los fuera atacar.

Una serpiente solo piensa en relacionarse con otras serpientes, pero yo me fijé en alguien diferente, la primera vez que le vi, sencillamente no podía dejar de hacerlo, inclusive pude sentirle, tocarle, caminar a su lado mediante las noches de la ciudad nos adornaban los pasos, bebimos un par de copitas, fumamos gritamos y hasta de la linea nos salimos cuando con un viejo teléfono jodimos.

Era un caballo, y yo amaba a ese caballo. Amaba las tardes a su lado, los sonidos de su boca, pasear a su ritmo, ver juntos el cielo, comer lo que veíamos...

Amaba a mi caballo, extraño a mi caballo...

Las serpientes no solo somos maldad y tacañería, de hecho las serpientes somos las más románticas...