jueves, 7 de marzo de 2013

Kiss Kiss Oink Floyd Pa!

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“Dos marranitos de dos en dos, guardan la plata y dicen adiós”….


El pasado 16 de febrero el buen MT cumplía 25 añitos, JD, JP y yo reposábamos por los lados de chapinero. Discutíamos entre nosotros la opción de visitar al pequeño MT por motivo de su aniversario y a lo mejor, ¿por qué no? fumar un pequeño kenkesillo para celebrar su aniversario. Una vez nos sacudimos la pereza, emprendimos el viaje al son de buena música y té de durazno.

Estando ya por los lados de cedritos,  nos paramos en una esquina (ya con MT a bordo) y le dimos fuego al ritual, apenas estaba en su segunda boca (JD y yo nos quedamos sin prueba) cuando dos pequeños marranitos aparecieron sobre su caballito de gasolina con rechinido infernal. Acto seguido, JP actuó ágil y se deshizo del pequeño tabaquillo entre la maleza del pasto.

¡Lo vi! Exclamo el más viejo de los marranito a quien de cariño llamaré GHP (gran hijueputa), los dos marranitos dieron la orden a su caballito que volteara, y se bajaron a proceder. –Una requisa muchachos! Dijo el joven marrano a a quien de cariño llamaré joven marrano. 

Ambos marranitos desde el inicio del proceso nos dieron a notar su hambre, pero el kenke había nublado nuestros ojos, y fueron tapados con paños de sinceridad, inocencia y justicia.

El joven marrano prosiguió a registrar el carro, como si nosotros 4, un simple manojo de inocentes porreros, fuéramos los más grandes criminales, mientras tanto el marrano GHP nos asustaba con llamar un camión, y un fantástico cuento que no evito sacar una sonrisa de mi cara, el cual decía que iba a pedir un laboratorio portátil, nos iban a echar un químico en la mano, el cual mostraría si habíamos “sostenido” un calillito, de salir positivo  nos iban a judicializar y meter presos, menciono el Sr. Marrano.
¡AJA! Exclamo el joven marrano al hallar una pequeñita bolsita de ganja plancton tipo cripi con un valor aproximado de 10mil pesos, inmediatamente me reboté, lo sé no debí actuar así y entre la descoordinada, los paños nublosos, la adrenalina y el ser yo hablé sin saber y dije -“Ahí no hay ni 5gr, ¿De verdad va armar un revuelto por eso? A lo que e marrano GHP me contestó, -¡Si, me encantan los problemas!
Entre sustos y verdades el viejo marrano decidió llamar “refuercitos marranales” ya que nosotros, 4 jovenes, criados en casas de familia, con estudios universitarios, sin antecedentes penales, ni registros de ser amenazas para la “zoociedad” éramos peligrosos y debíamos ser procesados, JD y yo reíamos un poco de la situación y decidimos gozarla, -porque todo en la vida hay que gozárselo decía mi buen amigo.
Llegaron más marranitos, todos en una de esas camionetitas de platon, el Sargento, quien siempre fue un tipo muy amable y correcto (Por eso de cariño lo llamaré el granjero) el granjero, se molesto inmediatamente con sus marranos al ver la situación, él muy bien sabía que mientras todo el grupo del CAI contador estaba pendiente de 4 Gilbertos Estupiñan, podían estar robando, saqueando o quien sabe que crimen verdadero cometiendo. –Llevenlos a la estación, que firmen, decomísenle eso y chao. Dijo el granjero.

El marrano GHP decidió desquitarse un poco esposándonos cual criminales y llevándonos al CAI, exponiéndonos en esa horrible camioneta frente a las multitudes como en la época medieval. Humillación pública, exclamaba en sus quejidos el pequeño MT, yo a consecuencia del carioca, solo disfrutaba la situación, ya estaba esposado, en el platon de la camioneta, vestido de abercrombie y peinadito de lado, lo mejor que podía hacer era saludar a la gente con complejo de deportista olímpico o reina de belleza (algunos contestaban el saludo y sonreían, sabían que éramos buenos tipos) una vez llegamos al CAI o de cariño porqueriza, empezó la verdadera situación.

MT como lo mencioné antes cumplía años,  y después de asustarlo un poquito lo dejaron ir por este motivo, además iba a almorzar con sus padres y hubiera sido doloroso tener que comer pollo en una porqueriza en su día, los marranos y nosotros estuvimos de acuerdo en que se fuera.

El libro de anotaciones ya tenía escrito lo sucedido, el carro fue victima de una segunda requisa al lado de la porqueriza, (JP llevo el carro manejando y se perdió el paseo esposado (idiota)) previo a esta requisa, se encontraron dos desmoñadores, rascadores o grinders, un paquete de cueros de maíz marca smoke, y un viejo y ya tieso blunt de uva. Uno de los marranitos que reposaba en la porqueriza al que llamaré marranito, le dijo al joven marrano mientras sostenia  uno de los grinders, -Huy, este está bien chimba, como el de la granada que me regaló el otro día…

El joven marrano nos llevo a un cuarto trasero y nos pregunto ¿cómo íbamos a arreglar? Ya previamente había visto un billete con la cara del Sr Isaac y lo quería a como de lugar, JP explicó que ese dinero no pertenecía a él pero le ofreció un Julio Garavito, ya que era molesto estar esperando y no nos querían dejar ir, a pesar de la orden del granjero.

El joven marrano agarro al Sr Garavito y salió de la porqueriza, ante está actitud el marranito pregunto por su parte del ponque, nosotros le hicimos saber que el joven marrano ya llevaba un Julio Garavito, el marranito salió de la porqueriza, habló con su compañero y este entró a la porqueriza como un toro (toromarrano) -¿QUIÉN DICE QUE YO TENGO PLATA? El tipo hablaba intimidante, gritaba y golpeaba la mesa, en verdad iba a ser difícil decirle: -Si, usted agarro la plata-, el marrano GHP entro a la porqueriza unos segundos después,  y pidió que nos dejaran ir ya. Pero cual esquizofrénico, inmediatamente se puso como un demonio y empezo a llenar formas de traslado para la Unidad Permanente de Justicia o como se le conoce en el guetto UPJ.
¿Por qué nos va mandar a ese lugar tan horrible? Preguntaba el joven JP indignado, yo también me cagué del susto, dije mierda, yo todo peinadito y de abercrombie, allá me acaban… El joven marrano y el viejo marrano GHP llenaron las formas y salieron de la porqueriza, dejandonos solos con el marranito y sin respondernos palabra alguna…

Una vez solos con el marranito, rogábamos a este que nos dejará ir, y opté por ofrecerle un combito de McDonalds, con hamburguesa, papitas y sundae. De inmediato vi como sus ojitos de marranito se prendían ante mi descripción detallada del menú, el marranito ya no podía escuchar más y me interrumpió diciendo: -¿Cómo cuánto cuesta eso? –entre quincemil y veinte mil pesos contesté… -Deme la plata y váyanse, dijo el marranito, quien hasta vueltas le dio a mi buen amigo JP, quien no pudo conservar su recuerdo de Jorge Isaac.

Así fue como nos zafamos de estos marranos, quienes nos llevaron a su porqueriza, nos quitaron 40.000 pesos, nos amenazaron y abusaron de su autoridad, busco ponerlos en juicio, que la gente vea porque la palabra “marrano” es sinónimo de policía y como algunos pocos se encargan de manchar a algunos muchos o viceversa, por eso en este país la población juvenil no cree, no confía y detesta a la policía, porque ellos mismos se encargan de darse esa imagen.

Todo esto sucedió de verdad, en el CAI contador en cedritos, una tarde de febrero de cuño año no quiero acordarme….


Al final de todo, regresamos por el resto del kenke y lo terminamos… El buen amigo seguía oculto entre la maleza, esperando por nosotros….

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