viernes, 30 de diciembre de 2011

La Chica De La Bicicleta...

María C, es igual que las demás. Solo que encantadoramente única...
Ella tiene el cuerpo pequeño, una silueta delgada y una cabeza exorbitante, algunos dicen que adquirió su tamaño debido a que pensaba mucho, piensa en jardines, piensa en flores, piensa en cafés, piensa en cambiar el mundo, piensa en bicicletas, montañas, canciones del sol, piensa en los niños y en los padres de los niños, piensa en los andenes, en las ciclo rutas, piensa en los días de sol y en el porque llueve tanto.

Ella sonríe los días de sol, porque así puede caminar descalza sobre la orilla del mar que algún día ella inventó, aquel mar de capital que solo vive en su mente, que solo ella sabe donde estará el día que ella quiera ir, sabe que puede montarse en su bicicleta para dos, pedalear y pedalear para así a la orilla del mar llegar, donde una manta extenderá y antes de que el sol se apague un picnic preparará, satisfecha quedará para luego nuevamente pedalear donde su corazón la quiera llevar.

Ella tiene los ojos grandes, su piel es similar al color de la orilla del mar cuando la golpea el sol, algunos dicen que ella es hija del mar y que su padre es el sol, que por eso sus ojos son grandes asimilando grandes faros a la orilla del mar para poder guiar los más grandes buques del mundo, otros solamente dicen que son unos ojos inmensamente bellos con un color similar al de las más extrañas esmeraldas, peleando si son vedes o amarillos inclusive unos dicen que son grises, pero esta última opción es la más descartable.

Ella sumerge los piececitos en la orilla del mar, le gusta tener arena entre los deditos, moverlos rápidamente para sacudirse cada uno de los diminutos cristalitos, le gusta ver como quedan sus huellitas en la arena y como el mar las borra con el paso de los minutos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario